Sierra Espuña. Un lugar del que sentirse orgulloso, un lugar donde practicar la orientación

Una de las principales características del deporte de la orientación es que, mayoritariamente, se practica en terrenos naturales y, eso nos permite descubrir y disfrutar de pequeños rincones del territorio que se suelen pasar por alto. Los totaneros tenemos un pequeño tesoro muy cerca, Sierra Espuña.

Por eso creemos que debemos pararnos a hablar del que es nuestro lugar de entrenamiento, de competición, de esparcimiento y, sin duda, motivo de orgullo. Sabemos que conocer nuestro entorno, su historia, nos permite adquirir la capacidad de juicio suficiente para respetar nuestro entorno no solo por conservar un paisaje de especial belleza sino porque vinculamos nuestra forma de vivir y nuestra actitud respecto del mundo y de otros mismos de forma responsable.

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Os invitamos a visitar esta maravilla natural, situada geográficamente en la zona central de la Región de Murcia, entre los valles del Guadalentín y Pliego, en el extremo oriental de la cordillera Bética, con una superficie superior a las 25.000 hectáreas.

Presenta una topografía muy accidentada, que aglutina gran variedad de formas y permite la existencia de numerosas caídas, valles y barranqueras donde se crean unos pequeños microclimas que hacen que este espacio natural tenga una gran riqueza y biodiversidad. El punto de mayor altitud es el Morrón de Espuña (1.583 m), seguido por el Cerro de Pedro López (1.566 m), el Morrón de Alhama (1.444 m) y la morra de Juan Alonso (1.320 m). Como valles y barrancos más representativos cabe destacar el Valle del Río Espuña, Valle de Leyva y los Barrancos de la Hoz, de Enmedio y de Valdelaparra.

La conservación de los valores naturales de este espacio protegido se remonta a 1917, con la inclusión de Sierra Espuña en el Catálogo Nacional de Espacios Naturales. Posteriormente, en 1931, se declaró “Sitio Natural de Interés Nacional” y “Parque Natural” en 1978. En 1973, y tras la introducción del Muflón del Atlas o Arrui fue declarada Reserva Nacional de Caza. En 1992 se declara el Parque Regional de Sierra Espuña, y en 1995 se declara como Paisaje Protegido el Barranco de Gebas. La Ley Regional 6/1995 establecería su extensión total en 17.804 hectáreas entre los municipios de Alhama de Murcia, Mula y Totana.

En 1998 recibe la designación de Zona para la Especial Protección de la Aves (ZEPA); y en el año 2000 fue propuesto para formar parte de los Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) por albergar 15 tipos de hábitat de interés comunitario, dos de ellos prioritarios.

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Pero esto no fue siempre así, el intenso aprovechamiento de los recursos naturales de la sierra, la gestión de los Pozos de la Nieve (desde principios del siglo XVI hasta la aparición de la primera fábrica de hielo en Lorca a principios del siglo XX), el pastoreo y la tala masiva de árboles para la producción de carbón, construcción de barcos y minería, convirtieron a Sierra Espuña en un paraje desarbolado al borde del desierto.

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Este tipo de acciones se prolongaron dando como resultado un paisaje sin suelo firme, totalmente despoblado de árboles, aumentando así el riesgo de riadas y erosión, lo que provocaba que las lluvias torrenciales típicas de esta zona mediterráneas dejaran tras de sí un panorama desolador en el Valle del Guadalentín, de especial gravedad en la década de 1870, concretamente en 1877 murieron cinco personas en a causa de una riada. Ya en 1879 la cifra ascendió a 761 muertos en la trágica Riada de Santa Teresa, en Lorca y Murcia, lo que llevó a plantearse de forma seria el tema de la reforestación de Espuña como la solución para minimizar los aspectos negativos de las lluvias torrenciales y recuperar la riqueza natural que se le había robado a la sierra.

No sería hasta 1891 cuando el ingeniero de montes Ricardo Codorniú, junto con José Musso y Juan Ángel Madariaga comenzaran el estudio de la sierra para, posteriormente (entre los años 1891 y 1903), emprender las labores de reforestación.

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El cartagenero Ricardo Codorniu llevaba tiempo estudiando el terreno, las semillas y el clima de la zona e ideó una forma novedosa de repoblar las más de 5.000 hectáreas de la sierra, a cañonazos. La metralla dejó paso a una munición de semillas de pinos, encinas y sabinas. Y por el estado que presenta  hoy Sierra Espuña, el experimento le salió bien. Cierto que por aquel entonces las retroarañas todavía no habían aparecido pero, no por ello, deja de ser una técnica asombrosa y eficaz. Además, se construyó una importante red de infraestructuras de apoyo a las labores, como caminos, sendas, puentes, diques, viveros, etc.

El esfuerzo personal de este cartagenero se convirtió en una lucha que duró bastantes años. El resultado es el paisaje actual, donde abundan los pinos de repoblación junto a frescos y estrechos barrancos donde crecen madreselvas, sauces y algún olmo. Hoy, Sierra Espuña, es en el ámbito europeo, un modelo de restauración hidrológico-forestal.

Actualmente Sierra Espuña ocupa 25.000 hectáreas, 18.000 de las cuales forman parte del Parque Regional. Se puede afirmar con total seguridad que después de la reforestación a cañonazos, la vida volvió a Sierra Espuña. En nuestros días el paraje presenta 8 especies diferentes de anfibios, 123 aves, 17 especies de reptiles, 38 mamíferos, una especie endémica de ardilla y 1000 especies vegetales, lo que supone más de la tercera parte de la flora de la Región de Murcia, introduciéndose en 1973 el arruí (5 machos y 4 hembras procedentes de Casablanca (Marruecos), y 8 machos y 12 hembras provenientes de Frankfurt (Alemania).), cuya adaptación fue extraordinaria.

En el entorno de Sierra Espuña encontramos también numerosos yacimiento arqueológicos (neolítico medio, eneolítico, argáricos, ibéricos y romanos); en el interior del Parque Regional existen yacimientos islámicos.

Son especialmente representativos los Pozos de la Nieve, 26 construcciones que conforman uno de los más valiosos complejos de arqueología industrial de los montes. Desde el siglo XVI hasta el XIX se utilizaban para la obtención y comercio de hielo. En el Parque se encuentra también el Santuario de Santa Eulalia de Mérida, patrona de Totana, centro religioso que se remonta al siglo XVI y es un referente histórico, cultural y turístico de primer orden de la zona.

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El uso de esta sierra por parte del hombre, durante el siglo XX, ha sido intenso, pudiéndose encontrar gran número de cortijos, caseríos y poblados (El Berro, Gebas, El Purgatorio, Casas Nuevas), un antiguo hospital para el tratamiento de la tuberculosis, instalaciones militares en el Morrón o antiguas casas de labranza. La naturaleza geológica de la sierra también permitió la explotación de numerosas minas de fosfato, carbón y lignito. Actualmente, el uso que sufre la sierra de la mano del hombre es básicamente recreativo, exceptuando puntuales explotaciones de agricultura tradicional de secano en el Paisaje Protegido de Los Barrancos de Gebas, en el que sigue siendo una actividad principal para los habitantes de dicha pedanía, y dentro del Parque, que se reduce a pequeños enclaves en el interior de la sierra.

Sierra Espuña es mucho más que un conjunto montañoso, representa el sentir de los murcianos por su Naturaleza y es un sitio de referencia para disfrutar nuestro tiempo libre.

http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-bosque-protector/bosque-protector-sierra-espuna-limite-del-desierto/1630764/